La vida es una carrera llena de obstáculos. Por todos lados surgen dificultades. Soy consciente de todo ello ahora, después del accidente. Aunque supongo que ya era así antes, vamos de siempre.

La vida es difícil, tengas DCA o no. Pero digamos que la gente que padece DCA, puede contar con menos “defensas”, a priori, a la hora de defenderse. Pero de lo que me he dado cuenta es que es difícil para todos por igual.

Según lo aprendido y leído desde que practico Qigong, el camino es largo y laborioso. Largo porque dura toda la vida y laborioso porque has de poner de tu parte. Son dos conceptos que me han quedado muy claros desde el principio.

Los conceptos que destila el Qigong suponen toda una filosofía de vida. Una manera más activa y responsable de vivir tu vida. Y, según mi opinión, más plena.

En un primer momento aprecias sus resultados en el plano físico: equilibrio, estabilidad, confianza, pero si sigues practicando y , a la vez, profundizando en su práctica, te das cuenta de que, lo que era sólo un beneficio físico, de repente, forma parte de ti. Lo has interiorizado tanto que forma parte de tu carácter.

Os animo a probarlo y ya me comentareis que os parece.

HUÉSPEDES

Este ser humano es una casa de huéspedes.

Cada mañana una nueva llegada,

un gozo, una depresión, un significado.

Alguna conciencia momentánea viene

cual visitante inesperado.

Dales la bienvenida y entretenlos

incluso si son un cúmulo de penas.

Que violentamente dejan tu casa

vacía de muebles.

Sigue tratando a cada huésped honorablemente.

Tal vez te deje el camino libre para una nueva

dicha.

El pensamiento oscuro, la vergüenza, la malicia,

recíbelas en la puerta riendo,

e invítalas a pasar.

Agradece todo lo que llegue,

porque todo ha sido enviado

como guía del más allá.

RUMI

(Traducción tomada de “Después del éxtasis, la colada” de Jack Kornfield)

El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él.